Rescate del baúl
Este poema es viejísimo y muy raro. Lo rescato del baúl porque hay que publicar algo, rápido, antes de que este mes muera.
Accidente tinto
Se derramó el vino, como mi sangre. La botella se dejó ir un poco, no supo distinguir el vacío de la copa del piso claro. Se derramó como mi sangre, pero no siguió su curso, no se diluyó con el agua ni manó de mi cuerpo, no intentó cubrir mis dolores. Sólo descansó inmóvil en la claridad de ese piso extraño, se dejó mirar, posó con la gracia de un bodegón falso. Yo sólo atiné a desaparecer esa mancha vinícola que me recordaba mi sangre, a secarla indignamente con papel de baño sin ositos ni fragancias. Yo, yo era esa mancha en el piso claro, sin ganas de moverme, solo de ser distinta a tanto transparente que anda por ahí pregonando su limpieza.
Accidente tinto
Se derramó el vino, como mi sangre. La botella se dejó ir un poco, no supo distinguir el vacío de la copa del piso claro. Se derramó como mi sangre, pero no siguió su curso, no se diluyó con el agua ni manó de mi cuerpo, no intentó cubrir mis dolores. Sólo descansó inmóvil en la claridad de ese piso extraño, se dejó mirar, posó con la gracia de un bodegón falso. Yo sólo atiné a desaparecer esa mancha vinícola que me recordaba mi sangre, a secarla indignamente con papel de baño sin ositos ni fragancias. Yo, yo era esa mancha en el piso claro, sin ganas de moverme, solo de ser distinta a tanto transparente que anda por ahí pregonando su limpieza.
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