Ares poético IX
Parecerá mentira, falsedad mezquina. Pero la poesía dice y anticipa los dolores y el destino. Del libro Angel Terreno, el último poema.
46
He callado tanto tiempo, como si esperara algo o como siempre no esperara nada. El frío me puebla ahora, y ya no sé qué decir o pensar o no pensar. Y no sé si hay ángeles o tierra o alas.
El frío persiste como la noche. Y me siento desfigurada en el espejo, con el rostro marcado por la luz. Mi voz ya no despierta, permanece acunada en mi garganta y también espera otro tiempo nuevo. Ya no sé si espero. El ángel terreno agita sus alas simplemente.
Ahora lo veo: no tiene halo, ni túnica blanca, las alas eran reflejo de la luz. Solo queda el vuelo y la eterna invitación a volar al infinito conmigo.
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He callado tanto tiempo, como si esperara algo o como siempre no esperara nada. El frío me puebla ahora, y ya no sé qué decir o pensar o no pensar. Y no sé si hay ángeles o tierra o alas.
El frío persiste como la noche. Y me siento desfigurada en el espejo, con el rostro marcado por la luz. Mi voz ya no despierta, permanece acunada en mi garganta y también espera otro tiempo nuevo. Ya no sé si espero. El ángel terreno agita sus alas simplemente.
Ahora lo veo: no tiene halo, ni túnica blanca, las alas eran reflejo de la luz. Solo queda el vuelo y la eterna invitación a volar al infinito conmigo.
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