La espera
Pero ésta no es como la de Hilma Contreras. Ahora estoy esperando, guardando las pocas palabras que me pueden surgir entre tanta desolación y recuerdos. Sin ceniza en la frente, pero con bastante respeto, guardo silencio, para las palabras vuelvan a habitarme, y comenzar de nuevo este camino que nunca he abandonado.
Y mientras tanto, hay que esperar. Lo nuevo de esta espera es la falta de café y la multitud de ansiedades rondando mis huesos.
Y mientras tanto, hay que esperar. Lo nuevo de esta espera es la falta de café y la multitud de ansiedades rondando mis huesos.
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