La espera

Pero ésta no es como la de Hilma Contreras. Ahora estoy esperando, guardando las pocas palabras que me pueden surgir entre tanta desolación y recuerdos. Sin ceniza en la frente, pero con bastante respeto, guardo silencio, para las palabras vuelvan a habitarme, y comenzar de nuevo este camino que nunca he abandonado.

Y mientras tanto, hay que esperar. Lo nuevo de esta espera es la falta de café y la multitud de ansiedades rondando mis huesos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A veces las palabras vienen cuando uno menos las espera. Saludos.
Daniela Cruz Gil ha dicho que…
Tienes toda la razón, Víctor Manuel. Gracias por pasar por aquí.

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