Quemar naves
Hoy quemo mis naves
las dejo morirse a la orilla de los ojos cerrados
cerca de la mente en vuelo.
Arden las velas y la proa se hunde
cada espacio de sol en la cubierta
se torna recuerdo ocre en el fondo arenoso.
Sin salvavidas ni marineros
retorno a tierra flotando
el agua sabiamente me devuelve
me aleja de los restos peligrosos.
Hoy quemo mis naves
miro el horizonte bajo mis pies
y camino.
Tras de mí el diluvio
los vampiros y la nada.
las dejo morirse a la orilla de los ojos cerrados
cerca de la mente en vuelo.
Arden las velas y la proa se hunde
cada espacio de sol en la cubierta
se torna recuerdo ocre en el fondo arenoso.
Sin salvavidas ni marineros
retorno a tierra flotando
el agua sabiamente me devuelve
me aleja de los restos peligrosos.
Hoy quemo mis naves
miro el horizonte bajo mis pies
y camino.
Tras de mí el diluvio
los vampiros y la nada.
Comentarios
Le regalo esta canción que me trajo a la memoria este poema:
http://www.youtube.com/watch?v=7DY1W-6SKF0
Afectos!
W.
Abrazos santiagueros!!!
si me lo permites quisiera publicar este poema en mi blog, sale? de antemano 1000 gracias!
blog:unpietrasotropie.blogspot.com
Anónimo: gracias por colar versos en un blog tan veloz.
A veces quemar las naves se convierte en nuestro último recurso para vencer las resistencias que persisten en marañarse bajo nuestros pies. Hernán Cortés lo tuvo muy claro.